Corrige su tendencia a derivar hacia el sur gracias a la mejora en las condiciones meteorológicas
Rema entre 10 y 12 horas diarias a una velocidad media de crucero de entre 4.5 y 5 nudos
Tras un comienzo durísimo de la prueba Rames Guyane 2014 con fuertes vientos alisios del norte y del oeste, parece que por fin las condiciones meteorológicas se alían con Antonio de la Rosa. El aventurero sigue su rumbo por el Océano Atlántico remando dirección Kourou (Guayana Francesa) en completa autonomía, luchando por conservar su recientemente ganada segunda posición en la competición.
Después de 25 días, cada participante comienza a confirmar sus estrategias de navegación en la Rames Guyane 2014. Antonio de la Rosa parece corregir su tendencia a derivar hacia el sur y mantiene su posición lo más al norte posible dentro de sus posibilidades, ya que es consciente de que sus descansos se convierten en uno de sus mayores problemas: “Hace dos días no sé qué hice en la noche, mira que me tiro unos 15 minutos antes de dormir revisando que el rumbo se mantiene, fue el día que dormí plácidamente 6 horas y no sé qué paso, si viento, corrientes o una ballena, pero me desplacé al suroeste como unos 20 kilómetros de más. Perdí el trabajo de remar a buen ritmo un día entero”.
Antonio de la Rosa no pierde su espíritu aventurero y su ánimo a pesar de que rema entre 10 y 12 horas diarias, más o menos la mitad de día y la mita de noche, evitando las horas de más calor. “Cuando remas y las condiciones son normales, el barquito va a unos 4 nudos de paseo, 5 a ritmo y 5.5 dándole como si no hubiera mañana. Como no me gusta pasear y aún queda mañana, pasado y el otro, entre 4.5 y 5 es la velocidad crucero remando”, nos explica.
En el transcurso de la travesía el español ha cogido experiencia en tormentas, la pasada semana tras un amanecer nublado y un poco de lluvia, nos cuenta que “el cielo parecía que iba a despejar, se abre un clarito, pero del este. En otros 15 minutos se oscurece. Veo que viene otra tormenta directita para mí. Esta vez viento de 10, 12, 18 y hasta 23 nudos, se levantan una olatas”. Y añade, “las olas eran casi tan grandes como el barco, pero este super estable gracias a la orza de delante, a penas se torcía y siempre a favor de ola y viento. Impresionante”.
Aún así el aventurero aprovecha sus tiempos libres en alta mar al máximo “La verdad es que queda muchísimo, yo seguiré aprendiendo cada día, eso me mantiene entretenido. Además de filmar; fotografiar; nadar para limpiar el casco del barco, ayer casi 45 minutos de molusquismo; escribir y cuando puedo cargar bien el ordenador porque el día está muy soleado, ver alguna peliculilla, sin palomitas, claro, jejeje”.