Lo malo no puede durar mucho y tras los chaparrones y la mala climatología del día anterior, las nubes abandonan el cielo del desierto y dan paso a una jornada maravillosa. O al menos eso es lo que nos parece a nosotros desde la distancia, obviamente para los competidores al salir de sus tiendas les parecerá lo mismo allí en la Gobi March. Otra cosa será una vez se hayan calzado sus zapatillas para enfrentarse a la etapa cercana a los 50 km de distancia que les espera por delante.
Una etapa donde los corredores han cruzado ríos, atravesado barrancos, escalado montañas, corrido a altitudes de 1.900 metros e incluso han podido disfrutar de las bondades del asfalto en los kms finales. O al menos es lo que habrá pensado nuestro Campeón de Europa Chema Martínez, el cual se siente como pez en el agua en este terreno.
Nada está ganado hasta no cruzar la meta y eso es algo que tiene muy presente Chema, el cual no da por vencido a ningún corredor pues el espíritu guerrero está muy presente en todos y cada uno de los compañeros de aventura que luchan por la victoria allí en tierras lejanas. Muy de cerca tiene al italiano Sebastiano Arlotta pisándole los talones y poniendo a prueba las fuerzas de nuestro campeón, aunque nada ni nadie logrará doblegar el fuerte carácter ganador de nuestro Chema que dará hasta la última de sus fuerzas por lograr la ansiada victoria final.
Desde el Gobi nos comenta que el ritmo en la etapa de hoy ha sido bueno y que el handicap de su poco peso y corpulencia le perjudican en las subidas contra Arlotta, por lo que ha tenido que sudar al máximo el dorsal. Aunque extremando las precauciones en barrancos y ríos para no sufrir una temida lesión.
Nos comenta Chema que tras cuatro días y más de 166 km en las piernas de los competidores el cansancio y las lesiones están haciendo estragos en el pelotón, motivo por el cual las tiendas sanitarias están desbordadas de atletas que requieren sus atenciones. Y lo que es peor, los abandonos se suceden día tras día.
La jornada de mañana les depara una etapa de más de 68 kms, donde se verán obligados a correr por alturas superiores a los 3.000 m. Aunque nuestro Chema se siente fuerte, con energía y sobre todo con muchas ganas de disfrutar y terminar alzándose con la victoria de esta apasionante aventura. Y como nos dice desde el Gobi:
“A pesar de que aún queda mucho recorrido y mucho que sufrir, sigo corriendo, sin pensar“