4 diciembre 2018 – Iker Martín
Suplementación ¿Sí o no? Podríamos pensar que este es un tema delicado, espinoso o complicado de afrontar. Pero nada más lejos de la realidad, la suplementación en los deportes de resistencia (y en los deportes en general) no tiene nada de delicado, si se explica bien y por extensión, se entiende bien. Hay una corriente de desconocimiento y/o mala información, a la que hoy vamos a tratar de dar luz.
Como punto de partida me gustaría aclarar que el termino correcto (en mi opinión) debería ser “complemento” en lugar de suplemento. Lo que entendemos por suplementación, debería ser un complemento a nuestra pauta de entrenamiento:
Los tres primeros son los pilares del rendimiento físico, por lo que la suplementación no debería suplir ninguno, si no complementarlos. Complementarlo cuando hay una carencia o cuando no llegamos a estar al 100% en uno de ellos, por culpa de otro. No vas a entrenar correctamente si no estás bien alimentado y no tienes energía, no vas a rendir bien si no descansas y recuperas bien al final del día.
Dicho esto, de la misma manera que hay una corriente anti-suplementación, hay otra corriente que tiende a intentar buscar en la suplementación exagerada. Se busca lo que no se ha conseguido ni con la alimentación, ni con el entreno, ni con el descanso/recuperación. Pero la suplementación no es una chuleta que te sacas en un examen. La suplementación te puede ayudar a estudiar, pero no te va a hacer que apruebes el examen si no has estudiado.
Estos dos argumentos (pro y anti) bombardean a los deportistas populares (entre los que me incluyo). Por un lado, están los de que “para correr tres días a la semana o para salir los domingos con la bici, no te hace falta tomar nada“. Pues seguramente no, si tienes 20 años, no tienes un trabajo físico y tus hijos te dejan dormir del tirón, no necesitas tomar nada. Si además le añades que comes como una lima y no coges peso, cierra la ventana que este artículo no va dirigido a ti. La mayoría de los deportistas estamos en el deporte por hobby. Le dedicamos todo lo posible de una agenda ocupada, por lo que nos gusta que lo que le dedicamos sea al 110%. Y a veces en estos casos, la suplementación nos ayuda mucho.
Fuera del mundo del deporte, hay en torno a la suplementación, una mala prensa que se arrastra y no se muy bien por qué. Asocia la suplementación al dopaje y a los efectos milagrosos de la misma. Pues no a las dos, ni es dopaje ni hace milagros. Ayuda en momentos complicados, pero si no te pones las zapatillas y te aprietas el casco es difícil. Sin olvidar el tan manido recurso de “no valen para nada” que es justo el argumento contrario.
Hemos oído muchas veces eso de “para tomar un gel mejor me como un plato de pasta” o “no necesito tomar magnesio porque lo ingiero de manera natural de los frutos secos” (por decir algunos ejemplos). Totalmente cierto, un gel o una barrita o un bidón de hidratos aportan los mismo que un plato de pasta. Ahora bien cómete un plato de pasta a 30km/h en un triatlón.
Hay suplementos con evidencias demostradas de que nos van a ayudar en el rendimiento en estados de carencias. Ejemplos son los BCAAs, las proteínas, la glutamina, y que están presentes en los alimentos. Pero muchas veces cuando llegamos a casa después de un entreno no podemos comer todo lo que nos gustaría. O al revés comemos lo que nos gusta y olvidamos alimentos recargar los depósitos para el día siguiente.
En resumen, la suplementación de calidad nos va a ayudar a rendir mejor dentro de los rangos que hayamos entrenado. No va a hacer de ti un fuera de serie, ni va a evitar que tengas que sudar la camiseta. Pero sí te ayudará a que todos los entrenos que realizarás para conseguir tus objetivos, sean más productivos.
Iker Martín
Iker Martín Urbieta: Ultratrail y Deportes de contacto.